La experiencia de un Pionero en Budapest
In The News
30 Oct 2018
Alberto Quintana Gallardo, Pionero 2018
Ha pasado ya más de un mes desde que llegué a Budapest y comienzo a sentir como familiar todo aquello que poco tiempo atrás me era ajeno. Las calles, las casas, las plazas y sus gentes se han convertido en poco tiempo en mi rutina y mi día a día. Incluso el magyar, lengua oficial de Hungría, comienza a veces a sonarme extrañamente familiar.
Szimpla kert
Para poder comprender Budapest es necesario tener en cuenta como el Danubio afecta y configura su día a día. Como Pionero desarrollo mi trabajo en la Technical University of Budapest (BME) ubicada en Buda, lado este del río donde predomina una vida más tranquila y familiar, mientras que mi vivienda se encuentra en Pest, dominado por el turismo y la vida nocturna. De igual manera que se unen en el nombre de la ciudad, estos dos lados se articulan en el día a día cual aurículas y ventrículos formando el maravilloso corazón de esta urbe.
Vistas desde la oficina
Pioneros desde la Citadella
Poco sabía de ella antes de llegar, movido por un impulso más profesional que humano, mi prioridad se centraba en el proyecto. No tardé más que un par de horas tras bajar del avión en darme cuenta de mi equívoco. El mismo día en que llegué comencé a conocer a otros pioneros y pioneras de todas partes del continente movidos por similares preocupaciones.
De esta manera los días comenzaron a combinar mañanas de oficina con tardes de actividades de Climate-KIC y de quedadas informales entre otros participantes del programa. Si bien lo que nos trae aquí es el desarrollo de un trabajo, es a través del encuentro con otras personas de inquietudes similares donde el programa Pioneros alcanza su máximo potencial. Una imagen de una Europa con vistas a un futuro sostenible aparece antes nuestros ojos, se rompen barreras nacionales, se abren mentes hacia la multiculturalidad y la tolerancia. Lo curioso es que todo esto sucede mientras tomas algo con tus nuevos amigos en lugares tan especiales como el Szimpla, el más famoso de los típicos “Ruin Bars”.
Excursión por la montaña
En el “placement” aparecen retos similares. Tienes que conseguir adaptarte a un ambiente de trabajo, contando a su vez con las pequeñas diferencias culturales, y ser capaz de aportar algo positivo en un tiempo récord. No importan los esfuerzos que el supervisor y los compañeros hagan por hacerte la vida fácil, porque eres tú como Pionero el que tienes que sacar el máximo partido a la experiencia. Mi caso particular no pudo ser más favorable, la BME era todo lo que yo podía desear, un ambiente de trabajo que me proporcionara un nuevo sujeto de estudio para incorporar a mi tesis.
Éxito rotundo para ambos lados, puesto que en el competitivo mundo científico nunca viene de más poder contar con algo de ayuda a la hora de investigar. He tratado de aportar mi experiencia y mis conocimientos y he recibido a cambio la gratitud y la amabilidad de un gran grupo humano.
Pioneros participando en el Climathon de Budapest
Igual que Buda y Pest, mi experiencia aquí ha tenido dos caras distintas, la profesional y la personal, las cuales se han complementado a la perfección. Tras este tiempo conociendo a gentes de toda Europa, y de fuera de ella, creo que vuelvo a España con nuevas ideas y nuevas fuerzas para nuevos retos. No puedo por ello más que recomendar que otras personas con ganas de enfrentarse al gran desafío contra el cambio climático se sumen en próximas ediciones.
Despedida con los compañeros de la oficina