La transformación radical del sistema alimentario global
In The News
25 May 2020
La producción mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática y la resiliencia de los ecosistemas. Constituye el mayor impulsor de degradación medioambiental y transgresión de los limites planetarios. En conjunto, el resultado es grave. Se necesita urgentemente una transformación radical del sistema alimentario global.
Nunca antes se había puesto tan de manifiesto el respeto del equilibrio entre los sistemas. Éste es uno de esos momentos en que nos tendríamos que plantear una transformación sistémica interconectada que asegure ese equilibrio que puedan salvaguardar nuestras prioridades y la salud del planeta al mismo tiempo. Como sociedad avanzada, deberíamos darnos cuenta que hay que sustentar la base, o sea la sostenibilidad, para que todos los sistemas fluyan como una verdadera cadena de transmisión.
Para salvaguardar la prioridad de alimentarnos como sociedad y realizar este cambio sistémico, hará falta producir más con menos recursos, cambiar nuestra forma de pensar, y consumir, incorporando los principios de sostenibilidad, y la complementariedad e integración de áreas del conocimiento muy diferentes de las que se contaban hasta ahora para la producción alimentaria.
Para ello tenemos ciertas obligaciones fundamentales que acometer: frenar el deterioro de las dietas en todo el mundo —tanto en los países desarrollados como en países empobrecidos— y reforzar los circuitos cortos de producción y distribución de alimentos.
Esto pasa por desarrollar e implementar un modelo global de sostenibilidad alimentaria, impulsando alianzas que persigan un mismo objetivo, aprovechando las particularidades económicas, sociales y culturales de cada territorio y huyendo de los individualismos.
Haciendo un paralelismo con la crisis sanitaria, nos deberíamos plantear si el presente y un deseable futuro sostenible en materia alimentaria, están bien configurados para poder alcanzar el equilibrio entre producción y consumo, donde la gestión holística, marcaría la visión de esta estrategia. En esta formulación holística, el mundo rural juega un papel esencial en este equilibrio.
El despoblamiento rural del que estamos siendo testigos, con el abandono de las actividades agrícolas y ganaderas, la gestión forestal, y por tanto la desertificación de estas zonas que equilibran el ecosistema natural del territorio se hacen latentes más que nunca. Con una pandemia azotando el planeta, cuando muchos lugares del mundo se preparan para la cosecha, es necesario apuntalar la economía de los agricultores locales, los pequeños productores y el comercio local. No olvidemos que son ellos quienes producen la gran mayoría de la comida saludable y sostenible que llena nuestros platos de productos nutritivos.
Cambios fácilmente implementables
Las políticas de cualquier índole se convierten la mayoría de veces en complicadas de acordar por la cantidad de actores que intervienen, y largas en su puesta en marcha.
Los consumidores pueden tomar la delantera para que su comportamiento se traduzca en políticas inteligentes. Durante el confinamiento hemos visto como se ha reducido el desperdicio de alimentos, hemos dado una vuelta a menús más saludables, hemos visto como los comercios de proximidad de han digitalizado para dar una mayor acceso a los productos frescos y de temporada.
Este cambio en el comportamiento puede ser la oportunidad de implementar políticas públicas específicas que pongan el foco en una nutrición saludable y sostenible para todos, que excluyan el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas y estimulen, por el contrario, la ingesta de alimentos frescos y de proximidad como frutas, verduras, legumbres, carne y pescado.
Es el momento de replantearnos nuestra forma de consumir y de alimentarnos a escala global, fomentando la soberanía alimentaria de todas las regiones y ciudades, relocalizando el consumo hacia una compra de proximidad, alentando la pequeña producción agroganaderos y pesquera, con prácticas mucho más sostenibles, dignificando el mundo rural y su desarrollo, que eviten el despoblamiento y por ende el abandono de tierras y bosques, actividades que son claves para mantener el equilibrio de los ecosistemas y el de nuestro planeta.
Sistemas alimentarios y dietas resilientes es uno de los 8 Deep Demonstrations de EIT Climate-KIC en los que basa su estrategia Transformation, in time para conseguir un cambio sistémico que nos ayude a lograr el objetivo de una sociedad con neutralidad de carbono, a tiempo.